jueves, 20 de octubre de 2011

Arte Del Día. Dama De Elche.


El 4 de agosto de 1897, durante unos trabajos de movimiento de tierras en una finca de la Alcudia, aparecía la estatua hoy conocida como Dama de Elche. La imagen de la bella mujer fue trasladada a la casa del propietario de la finca D. Manuel Campello y Antón, y la noticia corrió como reguero de pólvora por la ciudad. Su casa quedó pequeña para acoger a familiares y amigos deseosos de ver el busto. Y como al día siguiente se agolpó frente a su puerta media ciudad de Elche, los criados instalaron la escultura en un balcón de la fachada principal.
Pese a la admiración despertada, D. Manuel no tardó ni dos semanas en vender a la reina mora al hispanista francés Pierre Paris, que la compró para el Museo del Louvre. El precio, 4.000 francos-oro del momento, suponían 1,04 kg del preciado metal.
Nada más llegar al Museo parisino, la Dama se convirtió en una de las piezas estrella y se dio a conocer mundialmente. Fue expuesta en solitario, totalmente a oscuras y solo iluminada por un foco cenital que resaltaba los detalles del rostro y sus delicados contornos.

Aunque expuesta en una sala de la planta de antigüedades orientales, estaba catalogada como arte íbero, en aquella época casi desconocido.
31 años después, el hispanista que la compró para París, era nombrado director de la Escuela Francesa de Altos Estudios Hispánicos en Madrid - Ahora Casa de Velázquez- y no se le ocurrió otra idea que solicitar al Louvre el regalo de la Dama para colocarla en las nuevas instalaciones madrileñas... Casi le obligan a renunciar a la nacionalidad gala... Bellas Artes de Francia se negó en redondo...
Pero sería con el estallido de la 2ª Guerra Mundial cuando el destino de la Dama cambiaría radicalmente. Primero trasladada junto a otros tesoros al sur de Francia, bajo la protección de los potentes muros del castillo de Montauban; y seguidamente, un año después, se la incluyó dentro de un lote de piezas de intercambio entre ambos gobiernos.

De vuelta en España en 1940, su fama no hizo más que crecer. Su recuperación adquirió los tintes de una gesta personal de Franco, y así se vendió. Aunque había estado solo 43 años en París, su regreso se convirtió en una epopeya con final feliz. Instalada en el Prado también se convirtió en lugar de peregrinaje, aunque no dispusiera de sala propia ni de una iluminación tan afortunada como en París. Tampoco se emprendieron labores de limpieza y consolidación con lo que dejó de apreciarse buena parte de su policromía original.

Convertida en el prototipo de mujer española antigua, bella y racial, merced a su empleo publicitario sin parangón: Estaba en los billetes de 1 peseta, en sellos de correos, carteles de eventos, etiquetas de bebidas y otros productos como galletas y naranjas para la exportación, el anterior Régimen sacó partido hasta la saciedad de la imagen de la Dama que, no obstante, aguantaba bien el tirón.
A partir de 1972 su suerte cambió un tanto. Su traslado al Museo Arqueólogico Nacional desprendía un sospechoso halo de "pieza protegida por el régimen", en esos momentos en su etapa final. Además de que en su nuevo emplazamiento era ahora contemplada por un número muchísimo más reducido de visitantes.

A cambio, recibió la atención de estudios especializados que nunca tuvo. Quiero decir estudios en serio. Además iban apareciendo otras piezas de arte íbero que permitían comparaciones y tratados. Y por supuesto no se libró de la polémica. Aún hoy su datación no está muy clara, aunque se acepta comúnmente el siglo
V a.C. Otros la han fechado en época romana y hasta hubo un chalado profesor americano de Historia del Arte que la consideró una falsificación moderna.

¿Quien era, para que servía?... Tampoco aquí hay quorum. ¿Sacerdotisa, diosa, novia o adinerada señora levantina.?.¿ Busto o parte de estatua completa?.¿ Servía su agujero en la espalda para guardar las cenizas de un difunto? Si le falta parte del cuerpo... ¿estaba en actitud oferente?... Muchas cuestiones que quizás el paso del tiempo nos desvele. Quizás nuevos descubrimientos arqueológicos íberos nos den las claves para reinterpretar a tan enigmática Dama... ¿quien sabe?
Entretanto todos los que paséis por Madrid podéis contemplarla en el Arqueológico, rodeada de otras joyas íberas y de otras damas también bellas. Y allí estará la reina mora devolviéndoos esa mirada tan misteriosa desde su urna de cristal. Salud!!

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