jueves, 1 de diciembre de 2011

Don Hong-Oai. Fotógrafo.


Don Hong-Oai nació en 1929 en la ciudad de Guanzhou (China), siendo el menor de ¡24! hermanos y hermanastros y fue enviado a una comunidad china de Saigón (Vietnam) a la muerte de sus padres.
A los 7 años entró de aprendiz en un estudio de retratos de su nueva ciudad, formándose durante 10 años en  los principios básicos de la fotografía. A pesar de su extrema pobreza, consiguió ahorrar 48 dólares para comprar su primera cámara. En sus horas libres del estudio, salía a fotografiar el paisaje vietnamita.


En 1950, a los 21 años, entró a estudiar en la Universidad Nacional de Arte de Vietnam. Durante la gran guerra (!964-1975) entre los dos Vietnam (Norte y Sur) permaneció en el país aceptando encargos esporádicamente. Pero sería al desatarse el conflicto entre la República Popular China y la República Socialista de Vietnam (1979) cuando Don Hong no tuvo más remedio que emigrar debido a las políticas represivas que su país de adopción ejerció sobre la etnia china.

Así pues, con 50 años, sin hablar palabra de inglés ni conocer a nadie en los Estados Unidos, se establece en el barrio chino de San Francisco. Consigue montar un pequeño cuarto oscuro para crear sus fotografías y va sobreviviendo de vender copias en ferias callejeras.
Gracias a la proverbial tenacidad del pueblo chino, Don Hong se va haciendo un nombre, sobre todo entre sus compatriotas en San Francisco, por su modo de trabajo inspirado en el Arte antiguo de las pinturas chinas y sus motivos - ríos, montañas, árboles, aves, barcos, etc...- y su especial técnica que usa más de un negativo para conseguir esa delicada belleza.

En la década de los 90 su obra comienza a llamar la atención de la crítica. Cambia la venta callejera por un agente-representante y sus trabajos ya gozan de éxito en galerías estadounidenses europeas y asiáticas. Anda cerca de cumplir 70 años y el reconocimiento, aunque tardío, le hace justicia. Es nombrado miembro de la Federación Internacional de Arte Fotográfico y expone en Museos de todo el mundo.
Don Hong-Oai falleció en San Francisco en 2004 y nos dejó para la eternidad su soberbia obra plena de matices delicados, inspirada por una naturaleza acogedora y que nos remite, suavemente, a una paz placentera y silenciosa. Me gustaría que os gustase...

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